El ateo Sartre nos conduce magistralmente a la admiración del misterio de Belén y al compromiso existencial con Cristo que salva. La primera obra de teatro del conocido filósofo existencialista francés tiene como tema central la Navidad. En ella están presentes la libertad humana, cuestión preferida de Sartre además de la ternura, la rebelión, la redención, la vida y la muerte. El texto de esta obra se ha enriquecido respecto de ediciones anteriores gracias a la aparición del manuscrito original, guardado desde 1998 en la biblioteca nacional francesa. De aquellos legajos que el autor distribuyó a los prisioneros colaboradores se conservaron algunas copias que permitieron que, en 1962, se editaran quinientos ejemplares con una breve acotación de Sartre en la que quedaban claras sus reservas sobre la obra: “El hecho de que haya tomado el tema de la mitología del cristianismo no significa que la dirección de mi pensamiento haya cambiado ni siquiera por un momento durante el cautiverio”.
Jean-Paul Sartre
El escritor y filósofo existencialista ateo francés, Jean-Paul Sartre, nació en París en 1905 y murió en la misma ciudad, de un ataque cardíaco, en 1980. Profesor de filosofía desde 1931, fue llamado a filas por el ejército francés en 1939. En 1940 cayó prisionero de los alemanes. Durante su estancia en el campo de prisioneros escribió su primera obra de teatro: Barioná. En 1952 ingresa en el partido comunista francés y adopta el marxismo como filosofía. Se convirtió en uno de los representantes ideológicos del Mayo del 68 y destacó siempre por su ateísmo y anticatolicismo.